Ocurrieron muchas cosas que todavía hoy rememoro y no comprendo pero tal vez lo que más se quedó grabado en mi memoria fue una escena con mi amigo Vladimir. Verás, después de estar unos días en la Feria Universal de Sevilla fuimos llevados a Valencia donde estuvimos un par de semanas esperando la función que vendría a mediados de aquél agosto.
Allí en Valencia nos alojamos en una residencial para estudiantes (o algo así). Una noche se armó la idea de salir a pasear por las calles de la ciudad y pues, como adolescentes responsables, Vladimir y yo deseábamos salir con la camisa planchada... ¡pero no servía la plancha!
Pero los muchachos no iban a darse por vencido, no por nada son la generación de la esperanza... así que comenzamos a razonar qué es lo que hace una plancha... usa calor para desahcer las arrugas
Para emular el calor decidimos frotar con fuerza la camisa. Al ver que no funcionaba decidimos simplemente frotarla contra una mesa, a lo mejor eso producía la calidez necesaria, pero todo intento fue inutil.
Luego de un rato de estar intentándolo, Vladimir me dijo simplemente: Ibert, no plancha bien...
Luego de un rato de estar intentándolo, Vladimir me dijo simplemente: Ibert, no plancha bien...